martes, 17 de febrero de 2009

Madre India


Está bien haber visitado Bangladesh y Nepal, porque eso me ha permitido comprender la importancia real de India como potencia regional. Sí, los productos chinos están en todas partes, pero la influencia india en el subcontinente va mucho más alla.

Lo de Bangladesh es normal, inevitable: eran el mismo país hasta 1947. Pero mientras Pakistán -me atrevo a aventurar, puesto que nunca he estado allí- se ha complacido en la diferencia con su archienemiga India, potenciando el carácter islámico y los elementos de sus fronteras noroccidentales (Afganistán e Irán), la cultura es la misma a ambos lados de la frontera bengalí. Los de la derecha -Bangladesh- son en su mayoría musulmanes, pero más enraizados en la tradición de coexistencia del islam indio que en las imposiciones del Oriente central. El idioma es el mismo, la música, la comida, son las mismas. Calcuta es la "ciudad perdida" de los bangladeshíes, a donde dirigen sus miradas -o sus pasos- cuando las cosas se ponen feas. Para el 2050 se calcula que habrá 35 millones de bangladeshíes viviendo en India.

Pero lo de Nepal es más impresionante aún. Nepal es el resultado de la influencia de dos colosos culturales, Tíbet-China e India. El mestizaje de ambos es lo que ha generado el carácter sincrético -si bien único- del país: si uno va de sur a norte irá viendo cómo cada vez es menos India y más China, y a la inversa. El valle de Katmandú, en el centro, tal vez sea el punto más original.
Hasta aquí la historia. Hoy día, dado que por el norte existe una formidable barrera natural llamada Himalaya, prácticamente todo viene de India, desde el petróleo hasta los condones. Los maoístas se revelan, y las armas les llegan de contrabando desde Assam. Casi todos los nepalíes (¿como los bangladeshíes? Tú dirás, Paco...) hablan o comprenden el hindi, al menos los que viven en núcleos urbanos, por la continua exposición a Bollywood y a la música india.

Pero India parece resistirse a aceptar ese papel. Según el Banco Mundial, los países de la SAARC (South Asian Association for Regional Cooperation) son los menos integrados económicamente del mundo, con sólo un 2 % del PIB generado por el comercio regional (en comparación, en el este de Asia -China y vecinos de abajo- es de más del 20 %). Hay un conflicto en Sri Lanka, e India al principio financia y adiestra a los Tigres Tamiles, después manda una fuerza de interposición y los combate, y desde que éstos liquidan al Primer Ministro indio Rajiv Gandhi en 1991, no hace nada, a pesar de que el flujo de refugiados tamiles hacia el sureste de India es dramático, y de que tiene un estado -Tamil Nadu- de población de esa etnia que amenaza con inflamarse. India se comporta con sus vecinos con la arrogancia del elefante entre conejos, ignorándolos, menospreciándolos, o, cuando le parece, imponiendo sus condiciones.

Aunque tal vez no tenga sentido hablar de India como tal. "Me hace mucha gracia esta gente 'shanti', europeos que se hacen un viaje de dos o tres meses por el país y luego vuelven diciendo que India les ha llegado a lo más hondo, que India es así o asá", me decía Awe, el aventurero holandés. "Me dan ganas de cogerles del cuello de la camisa y decirles: ¿Qué sabes tú de India? India es millones de cosas diferentes. Es inabarcable". Desde luego, en un país que tiene 17 lenguas cooficiales y 7 religiones mayoritarias (esto es, con un número de seguidores considerable. Y no cuento a los Hare Krishna...), forzosamente tiene que haber de todo, y cada uno es de su padre y de su madre.

Pensemos en Sikkim, que era nepalí hasta hace cuatro días, se lo anexionó el Congreso de Nehru y ahora es una parte integral de India, un tapón montañoso entre Nepal y Bhutan. Por eso, en el fondo percibo que probablemente hay menos diferencia entre Katmandú y Darjeeling de la que hay entre Mumbai y, pongamos, Goa. Esto son un millón de mundos y a la vez el mismo, y diferente del resto del planeta.

Tal vez es eso lo que lo hace tan fascinante.

4 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo, creo que ya hablamos de eso en Bangkok, porque allí aunque mucho menos también se nota la influencia de la India. Además comenté algo parecido cuando estuve en Nepal;

    "Los nepalíes son indios encerrados en cuerpo de chinos, pero son indios al 100%. Ayer fue fiesta de Shiva y el dios asceta esta contento si la gente fuma porros, asi que a parte de la oreja del rey que vimos pasar a toda prisa en un coche oficial, la ciudad estaba llena de "ascetas" fumando porritos y pasandoselo teta. No me extraña que fuera el paraiso de los Jipis!"

    Con esta patética autocita, me despido. Un abrazo.

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  2. Pregunta: ¿Son los nepalíes parecidos a primera vista a los camboyanos, quienes parecieron a los franceses mitad indios, mitad chinos y por eso llamaron Indochina a toda la zona?

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  3. Esta noche he estado cenando con un Tamil en Fuencarral, no es coña, justo en el bar en el que hace dos días me tomé la caña de bienvenida y mi bocata de jamón. Hemos estado compartiendo grafos en una servilleta, yo le escribía en Bangla y él me escribía en Tamel, nada que ver.... Después hemos agregado el Hindi a nuestra servilleta multilingüe, y sí que se parece más al Bangla, pero no, los bangladeshis no entienden el hindi y viceversa. Justo me ha comentado que el abecedario tamel tiene doscientas treinta y siete letras, y que hay veintisiete lenguas habladas mayoritariamente en India, de hecho él casi no escribe hindi. Hemos hablado de Bertrand Russell y de su “Why I’m not a Christian”, de la endogamia judía en Israel, de las pelis Hot Shot con las que el tipo se mea de la risa y de que su mujer hace unos años que se ha vuelto profundamente religiosa, a lo que yo le he preguntado, ¿y no estás preocupado?, ¡no qué va!¡está mucho más suave desde que va al Templo todos los días!.
    Al camarero le ha dicho que ternera no quería, pero de jamón se ha puesto ciego el cabrón, jajajaja!

    Y, si me permites responder, amigo Saul, los nepalíes son chinos con algo de hindú. Al menos para mí es incuestionable. Los camboyanos se parecen mucho a los vietnamitas, lógicamente.

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  4. También creo que es poderosamente razonable nombrar al territorio entre India y China, Indochina.

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