viernes, 22 de mayo de 2009

Extraño colofón a un mes de locos


Ha sido un mes de lo más raro: lo he pasado en España, con un montón de puertas abriéndose y cerrándose con la misma celeridad. La misma empresa editorial que me envió a India me propone ir a Canadá a hacer otro video de viajes, y luego se lo asigna al hijo del sobrino de no sé quién. Surge la posibilidad de que me instale en Estambul. Cuando se lo digo a mi abuela, me pregunta:

- “¿Eso está más cerca que Tailandia?”.

- “Sí, abuela”, le digo.

- “Entonces, bien”.


Me paso el mes en un sí-pero no-pero sí-pero no. Cuando me preparo para volver a Bangkok, la atmósfera en mi casa es de pesimismo sobre mi futuro. Al final tengo que decir: “Hey, ¿qué pasa? Después de todo, estoy como hace un mes, ni mejor ni peor…”.


Salgo para Madrid, desde donde sale mi vuelo. Mi abuela llora, mi madre llora, mi tía llora. Sospecho que, en mi padre, la procesión va por dentro. ¿Cómo hacerles ver lo que siento?


¡Familia! Estos días hemos hablado sobre mi situación laboral, y hemos llegado a la conclusión de que el futuro es bastante incierto. Pero en ese análisis hemos olvidado un factor muy importante: que, viviendo de este modo, soy absolutamente feliz.


Madre, padre, tía (a mi abuela es imposible convencerla de que vivo en el extranjero porque quiero), escuchad. En estos últimos cuatro años he vivido en tres países, y visitado muchos más. He paseado por las ruinas de Petra, Ayuthaya, Palmira, Baalbek, Luxor, Angkor, los castillos cruzados de Siria y Líbano. He visto el Sinaí, el Mar Negro, el Egeo y el Mar de China, el Golfo de Bengala, el Himalaya. He visitado la tumba de Saladino y las de los soldados británicos en el río Kwai. He conocido a gángsteres búlgaros e indios, a refugiados sudaneses, iraquíes, saharauis, tibetanos y birmanos, a campesinos de Laos, Camboya y Malasia, a activistas pro-democracia egipcios, tailandeses y nepalíes, a torturados y torturadores, a supervivientes de un genocidio, a enfermos de sida y drogadictos en los peores agujeros de Egipto e India, a un corrupto empresario libanés que se jactaba de explotar a sus empleados africanos hasta que éstos morían bajo el sol, y a un misionero que compraba a niños pobres en el norte de Tailandia para evitar que éstos se convirtieran en esclavos sexuales. He visto desangrarse a un hombre tiroteado por la mafia en las calles de Sofía, y a un mendigo morirse entre espasmos en Bangladesh. He montado en elefante, en burro, en canoa, en avioneta, he acariciado un tigre y una serpiente. He aprendido. Y sí, soy pobre como las ratas. Pero me importa un bledo.



Extraño colofón: el taxista que me lleva a la estación de autobuses despotrica contra todo y contra todos. Que si el gobierno le va a subir los impuestos y ahora tendrá que trabajar aún más para ganar lo mismo. Que él ya trabaja dieciséis horas al día, y que miré usté. Que si tiene cincuenta millones en el banco, pero que cualquiera los toca con los tiempos que corren. Que él le dice a su mujer que de tener hijos nada, que lo único que está esperando es a jubilarse y vivir tranquilo con sus ahorros. ¿Cuántos años tiene?, le pregunto. Treinta y siete, me dice. El tipo es obviamente un enajenado, pero, después de haberme empapado del vitalismo de Terzani, cuyo libro tengo en mis manos ya para entonces, no puedo evitar pensar que, tomando ese avión, estoy tomando la decisión correcta. La única opción posible.


8 comentarios:

  1. Sólo queremos dedicarte este poema que siempre tenemos presente, sobre todo en el momento de la marcha:

    "Enseñarás a volar,
    pero no volarán tu vuelo.

    Enseñarás a soñar,
    pero no soñarán tu sueño.

    Enseñarás a vivir,
    pero no vivirán tu vida.

    Sin embargo...
    en cada vuelo,
    en cada vida,
    en cada sueño,
    perdurará siempre la huella
    del camino enseñado."

    Nuestra mayor felicidad, es saberte feliz y saber que sigues la huella del camino enseñado.
    Cuídate mucho y escribe algún mail. Un beso muy fuerte.

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  2. Y aunque no lo sea (la decisión correcta).....se te escapa algo que al resto de los mortales tb les ocurre, que la escogiste "tu",no hay valor más preciado que poder decidir, que poder elegir......(dentro de lo que las circunstancias al final nos permiten),..... si la gente no lo entiende, si tu mismo no lo entiendes a veces, respira de ese aire que te ofrece el ultimo rincón descubierto, en el que paraste sin saber por qué, o por pura casualidad y simplemente saborealo tu (si en ese instante estas bien, sabrás que todo lo demás merecio la pena......miedos, inestabilidades,lloros y la maldita incertidumbre).Un saludo

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  3. Huye mientras puedas de "la hipoteca"! Si te atrapa, date por jodido.

    Ánimo. karlos.

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  4. :)
    nos vemos en El Cairo!!

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  5. Ah!! http://www.ramonlobo.com/
    te gustará el post de hoy de Ramón

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  6. http://www.ramonlobo.com/2009/06/09/el-grave-problema-de-poder-elegir/

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