domingo, 29 de noviembre de 2009

Samak y yo


Durante el año y pico que pasé en Tailandia, fue como una sombra permanente en la lejanía. Le eligieron primer ministro unos pocos días después de mi llegada, e inmediatamente tuvo enfrente un movimiento de protesta que acabó provocando una insoluble crisis de gobierno y haciéndole caer, pocos meses antes de mi salida del país.

Su nombre sonaba extraño a oídos occidentales: Samak Sundaravej. Además de su puesto en el gobierno, también tenía un programa de cocina en la televisión. Los periodistas le llamábamos antes por su nombre que por el apellido, como es costumbre en Tailandia. “¿Sabes la que ha hecho hoy Samak?”, nos decíamos. Y siempre había hecho algo: desde eructar en mitad de una entrevista de televisión a insultar a la corresponsal de Al Jazeera, la atractiva Selina Downes.

Samak era un ultraderechista al que se consideraba parcialmente responsable de los linchamientos de estudiantes comunistas en la universidad de Thamasat en 1976. Alcalde de Bangkok entre 2000 y 2004, había sido llamado por el anterior primer ministro Thaksin Shinawatra (derrocado por un golpe de estado en 2006) para ser su hombre de paja al frente de un nuevo partido: a Thaksin se le había prohibido presentarse a las elecciones, así que sus seguidores se reagruparon y crearon una nueva formación política, el Partido del Poder del Pueblo, que arrasó en los comicios de diciembre de 2007, principalmente por el apoyo de campesinos y obreros a los que se ganó con toda clase de medidas populistas.

Los sectores más conservadores de la sociedad nunca aceptaron esto, y prácticamente desde el primer momento vimos una protesta-mascarada en la que la oligarquía nobiliaria y empresarial se aliaba con generales retirados y miembros de las clases populares, llegando a tomar el Palacio de Gobierno e incluso el aeropuerto, en un intento rabioso de crear una situación de caos que justificase el golpe de estado. Se utilizó el nombre del rey para manipular a muchos –en Tailandia, la monarquía tiene un estátus casi divino, y es reverenciada como tal por la plebe-, y se pagaron grandes sumas de dinero a obreros pobres para que se mantuviesen acampados a modo de protesta, para darle a la rebelión un tinte popular en lugar de lo que realmente fue: un movimiento antidemocrático que quería acabar con el sistema de “un hombre, un voto” que había permitido a gente como Samak o Thaksin acceder al poder.

Samak, mientras tanto, se veía acorralado: no podía lanzar a las fuerzas del orden contra los manifestantes, puesto que el derramamiento de sangre hubiera precipitado el golpe de estado. Pero tampoco podía gobernar, ocupado como estaba en su propia supervivencia política.

Al final, Samak acabó cayendo como caen los tipos de su calaña –o la de Berlusconi-: se hizo pública una factura de 3.000 dólares por su participación en el programa de cocina, algo incompatible con su condición de jefe de gobierno. Él alegó que ese dinero era para “ingredientes”, pero nadie le creyó. Tras muchos vericuetos, se formó un gobierno de consenso que duró dos telediarios, y Samak hizo mutis por el foro.

Ayer, a los 74 años de edad, Samak pasó a mejor vida. Descanse en paz. Y esperemos que no se reencarne.

Aquí dejo la entrevista que dio a Al Jazeera.







3 comentarios:

  1. asi sea, la hora de los justos llega sin pedir hora. Descanse en paz y no vuelvas másssssss. En recuerdo de todos aquellos que lloraron tu existencia.

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  2. ¡Hola Daniel! La verdad es que me ha parecido muy interesante muchos de los post que tienes en el blog, sobre todo, por que muchos tienen temática asiática, un tema que no suelen tratar los medios de comunicación en profundidad, ya que se suelen centrar generalmente o en desastres naturales, China, o atentados islamistas en Afganistán, Pakistán o algún país de la región. Se agradece el punto de vista de una persona que se encuentra más cerca de los acontecimientos, da otra perspectiva mucho más enriquecedora, que el de cualquier redactor de la capital española.

    Un saludo

    Sigue con este trabajo. Animo

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  3. No condigo centrarme en lo que dice Samak en la entrevista por lo buena que está Selina Downes, pero voy a seguir esforzándome. Un abrazo, amigo!!

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