martes, 17 de agosto de 2010

¿La flotilla de Hamás? No, de Erdogán


Publicado originariamente en ABC el 05/06/2010

¿La flotilla de Hamás? No, de Erdogán

La organización que fletó los barcos, bien relacionada con el gobierno turco

Daniel Iriarte - Estambul

Se dice que en Turquía se puede saber la filiación política de un hombre atendiendo a su bigote. De ser así, las decenas de varones aquí reunidos son sin duda votantes de Erdogán, pues casi todos lucen mismo el bigotito ralo que el primer ministro turco. Nos encontramos en la sede del IHH, la organización de ayuda humanitaria musulmana que organizó la flotilla a Gaza, y que ahora acoge a muchos de los pasajeros que iban en el ‘Mavi Marmara’, el barco asaltado por comandos israelíes en la madrugada del lunes.


Hay un trasiego incesante de personas con bandejas, que ofrecen tés, zumos, caramelos. El aire acondicionado zumba a plena potencia: en el IHH trabajan muchas mujeres, todas ellas con velo y ataviadas con largas gabardinas, a pesar del calor veraniego que ya empieza a hacer en Estambul. Al presentarse el reportero de ABC, se niegan a estrecharle la mano.

En las oficinas, las estanterías están llenas de libros sobre conflictos que implican a musulmanes, desde el sur de Tailandia hasta Srebrenica, en Bosnia. Los pasillos rebosan de activistas turcos y europeos. Éstos partirán para sus países al día siguiente, pero hoy se les necesita aquí: se les pide que escriban un testimonio de las presuntas violaciones de derechos humanos de las que fueron testigos, para preparar un informe detallado. “¿Para dónde?”, preguntamos. “Para la OTAN”, responden.

La IHH no recibe financiación pública, pero sus donantes son en su mayoría empresarios piadosos de Anatolia, la llamada ‘burguesía verde’, con buenos contactos en el gobierno. Durante meses, la ciudad de Estambul ha estado empapelada con carteles gigantes de la llamada ‘Flotilla de la Libertad’. “¿Acaso crees que es posible semejante despliegue sin la complicidad de las autoridades?”, decía, unos días antes, Alí, uno de tantos turcos laicos crítico con los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), que hoy gobierna Turquía.

Sin duda no lo es. Lo cierto es esta flotilla no era la primera en desafíar el bloqueo naval israelí. La Plataforma Free Gaza, la otra organizadora de la expedición, ya había enviado otros ocho barcos anteriormente, de los cuales cinco lograron romper el cerco. Esta vez, en cambio –el primero en el que participaba la IHH-, se le había dado mucha más publicidad al evento: el desafío a los israelíes era demasiado grande.

Según las encuestas, el conflicto palestino-israelí es el problema internacional que más preocupa a la opinión pública turca. Por eso, muchos analistas creen que el AKP pretendía aprovecharse políticamente de la flotilla, que ha gozado de un tratamiento privilegiado. Tanto si el ‘Mavi Marmara’ lograba llegar a Gaza como si no, Erodgán salía ganando.

Tal vez por eso, en la IHH, la atmósfera es triunfal, militante, a pesar del trágico desenlace. Israel acusa a esta organización de estar relacionada con Hamás y Al Qaeda, aunque no ha aportado pruebas concluyentes. "Nuestra organización trabaja junto a la ONU en Palestina. Nuestras cuentas bancarias son claras y abiertas", se defiende Durmus Aydin, vicepresidente de la ONG.

En 1997, la policía turca hizo una redada en la sede de la organización, en la que encontró armas, explosivos y manuales yihadistas, así como documentación que probaba que planeaban enviar combatientes a Bosnia, Chechenia y Afganistán. Hoy día, en cambio, la IHH mantiene planteamientos más moderados, y está mejor relacionada con el poder. En aquella época, los militantes lucían frondosas barbas, al estilo del profeta Mahoma. Los tiempos, al parecer, han cambiado.

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