sábado, 5 de febrero de 2011

Viaje con el corazón de la revolución árabe


Crónicas de la revolución árabe (I): Jordania


Publicado originalmente en ABC, en versión reducida por cuestión de espacio. Aquí la version integra:


Viaje con el corazón de la revolución árabe

Daniel Iriarte - Enviado especial a Ammán

Es de noche y llueve, a pesar de que cruzamos lo que puede considerarse un desierto. El destartalado autobús, alquilado para la ocasión, está lleno de humo de cigarrillos. La ley antitabaco no ha llegado a Jordania, y tampoco estas personas son de las que respetan las normas: la veintena de jóvenes que viaja en este autobús hacia una protesta en Irbid, a cien kilómetros al norte de Ammán, son la sangre del movimiento de contestación que sacude Jordania. Son, como otros iguales que ellos en los países vecinos, el corazón de la revolución árabe.

Nada de ortodoxia ideológica: hay marxistas, nacionalistas revolucionarios, izquierdistas palestinos, incluso dos chicas con velo… “Sólo hay siete anarquistas en toda Jordania”, asegura un tipo con perilla que dice llamarse Hamza, “y dos están en este autobús”. Uno de ellos, Moath, tiene el extraño récord de ser la persona que más tiempo ha pasado en una prisión de la “mukhabarat” (“información”, que en esta parte del mundo equivalen demasiado a menudo a “supresión de la disidencia”), desde que se implantaron las leyes especiales de seguridad en 1989.

“¡Dos semanas!”, dice Moath, cuyo aspecto –pelo largo, cazadora de cuero y una camiseta de “V de Vendetta”- delata su filiación política. “Estaba haciendo una pintada, y todavía no había terminado de escribir la A de “Anarquía” cuando me arrestaron. No me torturaron mucho, nada de arrancarme las uñas y esas cosas. Pero me insultaban todo el tiempo, y ¡parece que les divertía pisarme la cabeza!”, nos cuenta.

Estuvo varios días desaparecido, hasta que tres de sus amigos –Hamza entre ellos- se bebieron una botella de “arak” (un licor anisado bastante fuerte, típico de la región) para armarse de valor, y se presentaron en la prisión a exigir noticias. “Estábamos bastante borrachos, montamos un buen espectáculo, y al final nos arrestaron a nosotros también”, explica Hamza. El episodio se solucionó tras una llamada telefónica de Khaled Kalal, secretario general del Movimiento de Izquierda Social, a la sede de la “mukhabarat”: “No podéis hacer desaparecer a la gente, ¡esto no es Siria!”, les dijo. Y les soltaron.

Precisamente por Siria andan preocupados ahora estos jóvenes; mañana hay convocado allí otro “Día de la Ira”. Pero todos saben cómo se las gasta la dictadura siria. “No creo que puedan hacer nada. De hecho, es sorprendente incluso que se hayan atrevido a organizar nada”, dice Moath.

El autobús se detiene en las afueras de Ammán para recoger a dos nuevos pasajeros, que suben con rostro sombrío. Cuando dan la noticia, un murmullo de pesadumbre recorre el autobús: los islamistas, hasta ayer parte de las protestas, han aceptado pactar con el gobierno. “Los Hermanos Musulmanes son unos oportunistas. No les interesa el beneficio del país, sino que negocian su propia posición”, dice Hamza.

En la parte delantera viaja uno de los líderes de las protestas, Mahdi, cabecilla indiscutible de la campaña “Ya venimos”. Mahdi está serio: tiene más experiencia política, sabe cuán debilitado está el movimiento. Pero no quiere hablar de la traición de los islamistas. “Los Hermanos Musulmanes sólo representan a una pequeña parte de los jordanos. Vamos a demostrar que hay otros grupos en el movimiento de protesta”, nos dice.

Para animarse, cantan: letras del cantautor izquierdista egipcio Sheikh Imam, de la revolución árabe, de la guerra civil libanesa. “Escribo tu nombre, Che Guevara, con sangre en los muros de mi celda…”. De repente, uno se arranca con una tonadilla que algunos no conocen. “¿Qué es eso?”, preguntan desde atrás. “Es el himno nacional tunecino”, dice uno de ellos. Y todos cantan, porque la revolución de Túnez, igual que la egipcia, es ahora la suya.

Mahdi no es optimista sobre la posibilidad de que vayan a lograr una democracia –una real, no un parlamento dirigido por la monarquía- en Jordania: “Me conformo con que esto sirva de germen para un gran sindicato nacional. Y con que la gente se acostumbre a exigir sus derechos, que aprenda que si se unen, conseguirán cosas”, dice, con una sonrisa resignada.

Pero en la parte trasera del autobús, la euforia es difícil de contener. “Incluso si no conseguimos nada más, ya hemos logrado grandes cosas. La libertad de expresión de estos días, el mero hecho de que estemos hablando abiertamente sobre transformar el país en una monarquía constitucional, criticando las decisiones del rey, manifestándonos, ya es toda una revoución”, insiste Hamza. Probablemente, dice, hoy no serán más de un centenar. Pero no importa.

“No sé qué va a salir de esto”, dice Moath, “pero lo intento con todas mis fuerzas. Sólo conozco el presente, y quién es mi oponente”. Atrás del todo, una muchacha diminuta envuelta en un velo púrpura llama nuestra atención. ¿Qué hace ella con toda esta gente? “Yo creo que estas personas, que no son religiosas, se equivocan en muchas cosas, como su postura sobre el velo. Pero tenemos otras ideas en común”, dice Walaa, que así se llama la chiquilla. “Ya hemos cambiado el gobierno. Es sólo el principio”, asegura.

Les oyes y comprendes que están convencidos de que la revolución, como se creía antaño, lo va a resolver todo: las dictaduras, la corrupción, el sufrimiento de los palestinos, la pobreza. De repente, nos deslumbran las luces de los semáforos a través de los cristales empañados: estamos en Ibrid. Las puertas se abren y los jóvenes manifestantes, empuñando las pancartas, salen a la noche, a la lluvia, a la esperanza.

2 comentarios:

  1. ¡Encantador relato!
    Realmente estás en el ajo. Suerte! Yo andaré por El Cairo, inshalá, la primera semana de marzo.
    Un abrazo compañero de viaje.
    Mudarris Kaslán

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  2. Ademas de aprendiz eres un gran maestro....ni se te ocurra hacerle caso a tu madre....sigue escribiendo ademas de hacerte feliz a ti, nos haces a los que lo leemos y sobre todo a ese pueblo que lucha por lo mas importante de esta vida LA LIBERTAD.

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